El mundo celebra esta semana el Día Mundial de la Alimentación bajo el lema “El agua es vida. El agua nutre. No dejar a nadie atrás”.
“Todos los procesos biológicos ocurren en un medio acuoso, es decir, necesitamos agua para que nuestras células y nuestro organismo funcionen de forma adecuada. Necesitamos tomar agua para mantener todas las funciones fisiológicas básicas, como la temperatura corporal, por ejemplo. Para mantener alguna de estas funciones el cuerpo elimina agua a través de la orina y del sudor, por lo que es importante mantener una hidratación adecuada”, explica Amanda D’Espessailles, investigadora postdoctoral del Instituto de Ciencias de la Salud (ICS) de la Universidad de O’Higgins (UOH), sobre la importancia del agua para nuestra vida.
Y esa importancia, como elemento que es vida y nutre, llevó a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a establecer el Día Mundial de la Alimentación, que se recuerda cada 16 de octubre.
En ese contexto, la investigadora señala que el agua es importantísima en el proceso de la alimentación y -en general- en todas las etapas de la vida. “El agua forma parte de todos los seres vivos, todos los alimentos tienen algún porcentaje de agua, unos más que otros. Por ejemplo, los frutos secos tienen muchísima menos agua que la lechuga, o que una sandía, que tiene 90% de agua. El consumo responsable del agua, y de todos los alimentos, se basa en consumir lo que nuestro cuerpo necesita y no desperdiciar los recursos”.
Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el agua constituye más del 50 % de nuestros cuerpos y cubre alrededor del 71 % de la superficie del planeta. Sin embargo, solamente el 2.5% del agua es dulce, apta para beber, para la agricultura y para la mayoría de los usos industriales. Y si ese es el escenario, ¿de qué manera se debe consumir el agua para que sea un consumo responsable y solidario con los demás?
“Tenemos que ser responsables en nuestro consumo de alimentos, preferir alimentos que aporten nutrientes y que nos hagan sentir bien. También tenemos que ser conscientes del origen de nuestros alimentos, dónde y quién los produce, los recursos naturales que se gastan y las consecuencias que tiene su producción. Esto es indispensable para ser responsables con nuestra alimentación”, señala Amanda D’Espessailles.
Sobre cómo incorporar el agua en una alimentación saludable, señala que “el agua se incorpora, principalmente, dentro de frutas y verduras frescas, además del consumo de agua potable” y acota que “las guías alimentarias del Ministerio de Salud (MINSAL) recomiendan consumir alrededor de 8 vasos de agua al día, pero esto varía según las necesidades y las actividades de las personas. Como el agua es indispensable para las funciones biológicas, su consumo y gasto a nivel del organismo está altamente regulada. Cuando el cuerpo detecta que estamos en un estado de deshidratación, sentimos sed”.
¿Existen estudios en Chile que aborden si los chilenos estamos consumiendo el agua en forma responsable con nuestra salud y con el medio ambiente?
“Según datos de la Encuesta Nacional de Salud 2016-2017, solo el 27,8% de los chilenos cumpliría con consumir al menos 6 vasos de agua al día. Respecto al medio ambiente, el gasto doméstico de agua es un porcentaje bajo (entre 2-6%), mientras que el 70% del agua se utiliza con fines agrícolas. En este sentido, el llamado es a cuidar el agua y hacer uso responsable de ésta, no sólo en nuestras casas sino considerar el agua utilizada para producir nuestros alimentos. En el mundo, cerca del 40% de los alimentos producidos no es consumido, por lo que evitar el desperdicio de ellos, también es cuidar el agua”.
Fuente: Selso González Córdova, Periodista, Dirección de Comunicaciones, Universidad de O’Higgins.