La agricultura en Chile se enfrenta a uno de sus mayores desafíos: adaptarse al cambio climático sin comprometer la sostenibilidad de los cultivos. Esta realidad fue el foco del 12° seminario de cultivos anuales, organizado por la revista Campo y Tecnología, el cual reunió a importantes especialistas y líderes del sector, con el fin de, discutir los puntos clave para impulsar la productividad y sostenibilidad de algunos de los cultivos más importantes en la agricultura chilena: trigo, avena, raps y papa. Los expertos coincidieron en la necesidad de avanzar hacia nuevas prácticas agronómicas, desarrollar variedades mejoradas y aprovechar los beneficios del mejoramiento genético para afrontar los desafíos del sector en un contexto de cambio climático y escasez de recursos.
Uno de los temas centrales del seminario fue la importancia de optimizar los manejos agronómicos para los cultivos anuales, abordando el uso eficiente de insumos, el control de plagas y enfermedades, y la implementación de prácticas que permitan maximizar la producción con menos recursos. La exposición de diferentes expertos resaltó cómo los avances en tecnologías de precisión están contribuyendo a una gestión más eficiente en términos de agua, fertilizantes y fitosanitarios.
Para el trigo y raps, cultivos de gran relevancia en el sur de Chile, los expositores destacaron que el monitoreo de enfermedades foliares y de suelo, junto con prácticas de rotación de cultivos, son fundamentales para reducir las pérdidas productivas. En el caso del raps, cultivo que ha ganado terreno los últimos años, se enfatizó la necesidad de controlar las malezas desde etapas tempranas, evitando la competencia por nutrientes, especialmente en suelos con problemas de compactación.
Los asistentes al seminario también destacaron el papel del cultivo de papa en la economía rural, particularmente en la zona sur. En este caso, los expertos mencionaron la importancia de rotar con otros cultivos para evitar la acumulación de enfermedades del suelo que afectan la productividad del tubérculo, como la Rhizoctonia solani, una de las enfermedades de suelo más dañinas en este cultivo. Además, se subrayó la importancia de manejar de manera precisa los tiempos de riego, considerando las variaciones en el clima.
NUEVAS VARIEDADES PARA UN CLIMA CAMBIANTE
El desarrollo de nuevas variedades de cultivos, resistentes y adaptadas a condiciones de mayor estrés climático, fue otro de los aspectos destacados en el seminario. El cambio climático ha traído consigo desafíos importantes, como el incremento de temperaturas, la reducción de precipitaciones en algunas zonas y una mayor frecuencia de fenómenos meteorológicos extremos. En este contexto, el mejoramiento genético ha tomado un papel relevante en la agricultura chilena, como una herramienta para enfrentar el futuro de manera sostenible.
Las nuevas variedades de trigo, por ejemplo, han sido desarrolladas para resistir condiciones de sequía y para minimizar la incidencia de enfermedades como la roya amarilla y el fusarium, dos de las más comunes y perjudiciales en el país. Además, se presentaron avances en avena que buscan mejorar la calidad del grano, orientados principalmente hacia la industria de exportación, cuyo mercado demanda estándares de calidad cada vez más estrictos.
Para el raps, se expusieron resultados obtenidos con variedades con mayor resistencia a los cambios abruptos de temperatura. A través de técnicas avanzadas de selección, se ha logrado desarrollar líneas de raps con mayor tolerancia al frío y una mayor capacidad para producir en suelos de baja fertilidad, condiciones comunes en algunas áreas de la región de Los Lagos.
MEJORAMIENTO GENÉTICO
El mejoramiento genético en cultivos es una herramienta clave que podría hacer la diferencia en los próximos años, permitiendo el desarrollo de variedades con tolerancia a factores de estrés abiótico y biótico, asegurando así la viabilidad económica del agro chileno. En el seminario, se presentaron investigaciones recientes que demuestran cómo la tecnología y la genética pueden contribuir a mejorar la productividad y, al mismo tiempo, reducir el impacto ambiental de la agricultura.
El caso del cultivo de papa fue especialmente destacado. A través de tecnologías como el mapeo genómico y la edición de genes, se han identificado variedades más resistentes a enfermedades comunes, como el tizón tardío, la cual puede reducir drásticamente los rendimientos. Además, algunas de estas variedades presentan un menor requerimiento de agua y nutrientes, lo que permite una producción más sostenible y adaptable a condiciones de menor disponibilidad hídrica.
HACIA UNA AGRICULTURA SOSTENIBLE
El seminario también abordó la necesidad de hacer la agricultura chilena más sostenible, un compromiso que, según los expositores, requiere tanto de una mejora en las prácticas productivas como de políticas públicas que incentiven el uso eficiente de los recursos. En un contexto de cambio climático, los productores deben adaptarse y adoptar prácticas que, a largo plazo, permitan reducir el impacto ambiental sin comprometer la rentabilidad.
Los expertos destacaron la importancia de integrar la agricultura de precisión y la digitalización en las actividades cotidianas del campo. La recopilación de datos en tiempo real mediante sensores y drones, por ejemplo, permite a los productores tomar decisiones más informadas y eficientes en cuanto a la aplicación de insumos. Para los cultivos de trigo y avena, la utilización de sistemas de riego más precisos y automatizados puede representar una solución a los problemas de sequía y escasez hídrica que afectan cada vez más al sur de Chile.
Además, se enfatizó el rol de la investigación y el desarrollo (I+D) en el ámbito agrícola. Según los expositores, la creación de nuevas alianzas entre el sector privado y las universidades puede acelerar el desarrollo de soluciones innovadoras. El caso del raps es ejemplar en este sentido, ya que gracias a investigaciones colaborativas se han logrado avances significativos en la adaptación del cultivo a condiciones locales, promoviendo una mayor rentabilidad para los productores.
El 12º Seminario de cultivos anuales, organizado por la Revista Campo y Tecnología, dejó en evidencia los múltiples desafíos que enfrentan los cultivos de trigo, avena, raps y papa en el actual contexto de cambio climático. Sin embargo, también mostró el potencial de la innovación y el compromiso del sector agrícola chileno por avanzar hacia una producción más eficiente y sostenible.
El camino hacia una agricultura resiliente y capaz de enfrentar las demandas de un mercado global exige esfuerzos continuos en el mejoramiento genético y en el desarrollo de prácticas agronómicas avanzadas. Con estos avances, el sector agrícola de Chile no solo podrá adaptarse a las nuevas condiciones climáticas, sino también contribuir a la seguridad alimentaria del país y a la sostenibilidad ambiental.
Este seminario, sin duda, ha sido un espacio fundamental para que el sector se fortalezca, intercambiando conocimientos y planteando soluciones que permitan asegurar el futuro de la agricultura en Chile.