Importantes resultados entregó el estudio ejecutado por INIA Carillanca en la comuna de Los Sauces, con el apoyo de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), y que sin duda permitió generar información clave para conocer la realidad de la olivicultura en nuestra región. Se trata de la iniciativa: “Aceite de Oliva de La Araucanía: estudio sobre sus propiedades diferenciadoras y brechas en el proceso de elaboración, para una entrada exitosa en el mercado”.
En este contexto se desarrolló el seminario de cierre del estudio, que permitió entregar conclusiones y antecedentes relevantes del trabajo realizado en campo y laboratorio por especialistas de INIA Carillanca e INIA Intihuasi, donde se pudo determinar la calidad del aceite de oliva (blends o monovarietales) desde el punto de vista químico y sensorial, a partir de las principales variedades existentes en la zona y considerando las diferentes etapas de la cadena productiva (desde la obtención de la materia prima hasta el producto terminado). Por otro lado, el estudio permitió establecer una propuesta de valor para el aceite de oliva producido en La Araucanía, identificar los puntos críticos en el proceso productivo y finalmente diseñar un modelo de negocio para la comercialización de éste, con atributos diferenciadores que incluya el etiquetado de los aceites producidos en el sector.
“Con lo analizado en este seminario, hemos visto que existe un potencial para la provincia de Malleco y la región, una verdadera oportunidad para cambiar la matriz productiva que existe en La Araucanía. Sabemos de los efectos adversos causados por la industria forestal y aquí tenemos la posibilidad de darle la vuelta. Es importante el trabajo que han hecho los pequeños productores, lo que ha generado una nueva fuente de ingresos para la comuna y avanzar en el desarrollo de la región. No es lo mismo hablar de aceituna que aceite de oliva, y los resultados obtenidos por INIA nos permiten valorar lo que tenemos. Aquí hay distintos actores, el municipio de los Sauces, FIA, INDAP apoyando este rubro y todo lo derivado del estudio indican que vamos en el rumbo correcto”, señaló Héctor Cumilaf, Seremi de Agricultura.
Por su parte, Gabriela Chahín, Directora Regional de INIA Carillanca indicó que los resultados del estudio vienen a dar un mayor impulso a la diversificación productiva en frutales, un tema que INIA viene potenciando en la región, donde las vides y los olivos calzan perfecto. “Sobre todo porque son especies que se adaptan mejor a las condiciones de cambio climático, cuyo diagnóstico fue claro con el estudio ejecutado en un año, donde ya sabemos la calidad de lo que tenemos y por lo tanto el desafío es seguir apostando por este cultivo como nueva alternativa productiva para nuestra agricultura familiar”, señaló
Finalmente, Marcela Samarotto, asesora de la dirección ejecutiva de FIA indicó que el cultivo de olivo es una alternativa real para la pequeña agricultura. “Hoy conocimos del cultivo y el procesamiento de un aceite de oliva de calidad, con sello territorial propio. Un desafío productivo de un cultivo alternativo que va en la línea de la diversificación productiva, y que paso a paso ha generado una cadena virtuosa para la comercialización de un producto con sello regional”, puntualizó.
Resultados
Según lo indicado por Ana Sandoval, encargada del estudio y especialista de INIA Carillanca, la información generada permitió conocer la realidad de la olivicultura en la región, rubro aún incipiente y donde predomina la AFC, pueblos originarios, y condiciones edafoclimáticas particulares para el cultivo. “Se logró determinar el estado nutricional actual de los olivos en cada sector de estudio, y además los parámetros de suelo distintos a la zona norte. Se observa que aun cuando el olivo es afectado en su producción, responde a las mejoras realizadas, adaptándose incluso a condiciones de suelos marginales. Durante la temporada 2022 se identificaron 13 variedades de olivos, tanto en Angol como en Los Sauces, y hasta el cierre de este seminario, se continua en la identificación preliminar de nuevas variedades”, aclaró.
En general existe un alto potencial de las variedades identificadas para la producción de aceite. Destaca en algunas variedades el contenido de ácido oleico (sobre 75%) respecto a las mismas variedades en otras zonas del país. Al determinar la calidad de los 2 aceites de oliva producidos se obtuvieron parámetros dentro de los rangos permitidos para la categoría aceite de oliva extra virgen, sin embargo a nivel sensorial se evidencian ciertos defectos que se deben mejorar para dar la categoría extra virgen. Por otra parte, existen diversas brechas desde el punto de vista agronómico y de procesamiento, que se deben abordar en una segunda etapa para lograr mejorar la calidad del aceite de oliva en el sector.
Respecto a las características edafoclimáticas de la zona de estudio y el cultivo del olivo, el profesional de INIA Manuel Vial, destacó la adaptabilidad en suelo y clima del secano interior. “Es un cultivo no tan exigente en requerimientos de agua como otros frutales, ni tampoco a manejo de plagas y enfermedades. Se adapta a sistemas agroecológicos de producción, no obstante existen zonas con potencial uso con el cultivo en el secano interior y es necesario resolver brechas de producción”, dijo.
Por otra parte, la mirada de la investigadora Verónica Arancibia de INIA, respecto a la calidad del aceite de oliva de La Araucanía y sus proyecciones apunta al desafío de mejorar procesos productivos determinando tiempos óptimos de cosecha por variedad e implementar un proceso de producción de aceite de oliva “in situ”. Dado los resultados obtenidos es muy necesario la organización del territorio para la implementación de un Sello de Origen e implementar procesos óptimos de conservación post elaboración de aceite, particularmente en la decantación, condiciones y labores de almacenamiento del producto.
En relación al modelo de negocio para el aceite de oliva en La Araucanía y condiciones de éxito para su desarrollo, el consultor e Ing. Agrónomo Dr. de la Universidad de Chile, indicó que el producto elaborado por los productores adscritos a este proyecto es un buen producto y se ha comercializado. “No obstante, en producción primaria es importante mejorar los indicadores de producción y rinde graso, llegar a una producción de 6.500 kilos por hectárea y un rinde graso de 16%. En cuanto a elaboración del aceite de oliva no es recomendable maquilar en la zona central de Chile, lo que afecta la calidad del aceite y los costos de éste. El etiquetado y la página web deben aportar antecedentes técnicos del producto, lo más completo posible, mientras que el modelo de negocio considera una fase de producción primaria que radica en los productores, quienes deben estandarizar su producción mediante un sistema de aseguramiento de la calidad, como también aumentar su nivel de producción de manera que permita viabilizar el proyecto. La parte agroindustrial, se propone enfrentarla asociativamente y con apoyo del Estado”, acotó finalmente el especialista.
Dado los resultados del cultivo en el secano interior de Los Sauces, su alcalde Gastón Mella apuesta por la reconversión productiva de los pequeños agricultores, considerando las ventajas y propiedades que tiene producir el aceite de oliva en la zona, y que sin duda permitirá mejorar la calidad de vida, y ser un aporte al desarrollo regional.